Paraje natural, con un gran patrimonio industrial

El río Clariano

El Clariano, motor de desarrollo

El río Clariano se forma en Bocairent, tiene una longitud de 40 km, pertenece a la cuenca hidrográfica del Júcar y desemboca en el río Albaida. 

Su recorrido lo lleva a Ontinyent donde forma el paraje del Pou Clar; desde allí se dirige a Aielo de Malferit hasta llegar a Montaverner donde confluye con el río Albaida, afluente del Júcar. 



La fuerza del río ha sido clave para el desarrollo agrícola e industrial de Bocairent. En el transcurso de la historia, se han utilizado complejos sistemas de riego, desde los diseñados por los árabes hasta llegar, en la época contemporánea, a la maquinaria industrial. 



Aunque los molinos empezaron utilizando una tecnología preindustrial, algunos se adaptaron a nuevas funciones y dieron lugar a fábricas harineras, papeleras, textiles, hidráulicas, etc. Para que estas fábricas funcionaran se utilizaba la fuerza procedente del agua como única energía.

Los molinos hidráulicos

Los molinos hidráulicos son aparatos que utilizan la energía mecánica del agua. Ésta hace girar las ruedas horizontales o verticales que, a su tiempo, accionan la maquinaria interior del molino. 

Hay que destacar que Bocairent tiene una importante pluviometría y, además, su orografía permite la utilización de las ruedas verticales de impulsión superior, que son más eficientes que las horizontales, puesto que éstas combinan la fuerza de las corrientes con el peso del agua.



Durante los siglos XV y XVI, existían en Bocairent mecanismos para moler el grano y para apresto de los trapos. Pertenecían a unas pocas familias que casi monopolizaban su explotación. 

En el siglo XIX tuvo lugar un cambio que revolucionó la industria textil: la aparición de la máquina de vapor. Este invento hizo que aumentara la producción de harina y, a la vez, se reducía la mano de obra. Un inconveniente eran los costes de adquisición y de abastecimiento de carbón, como combustible para su funcionamiento.

No obstante, algunos empresarios no dudaron en adaptar sus viejos molinos de agua, lo que provocó la aparición de nuevas industrias a orillas del río Clariano, siendo el máximo momento de auge la segunda mitad del siglo XIX. 

El 1898, con la llegada de la energía eléctrica a Bocairent, las fábricas se instalan en el casco urbano y dejan las viejas a orillas del río que, poco a poco, se iran abandonando. 



ALGUNOS DE LOS MOLINOS MÁS NOTABLES

En la ribera del río Clariano encontramos estos molinos:



El molino del Pontarró y el molino Viejo o molinet son ejemplos de molinos con balsa de acumulación, la cual todavía se conserva (era propiedad del convento de los Franciscanos desde el siglo XVI); el molino de la Cova d’En Gomar (es el más antiguo y aparece ya documentado a los siglos XIII-XIV); el molino de la Senda de l’Esvaradora; el molino del Toll del Setrill; el molino de Luna; el molino de Piedra; el molino de Eduardo Juan o de la Rueda, magnífico y grandioso molino, que al final fue fábrica de tejidos y de tintes, y del cual todavía se puede ver la espectacular rueda vertical que le da nombre, de unos 6.5 m de diámetro. También cabe nombrar la magnífica fábrica de los Beneytos y la central hidráulica de los Julià.

Caminando por la ribera del Clariano

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Ruta a pie